Nuevamente me dirijo a Collserola a pasar la tarde...como a mi me gusta, en bici.
Hoy he introducido unas pequeñas variaciones a la ruta que realicé el pasado martes. El inicio ha sido calcado: subo de salida al Tibidabo, en frío...sin miedo.
El cambio ha llegado en la aproximación a Olorde que en esta ocasión la realizo descendiendo por Las Planas hasta las tres ollas para subir el repecho de San Bartomeu y bajar hasta Molins, aquí inicio la subida a la Creu, de manera suave, cubicando, como debe ser...
Tras coronar subo de nuevo al Tibidabo para, ahora si, calcar el siguiente tramo a lo realizado el martes; bajo a San Cugat, giro a derecha para alcanzar Cerdañola, y ahí nuevo giro a derecha para afrontar la subida al forat.
Tras el forat, y su consiguiente descenso, atravieso Horta hasta alcanzar el inicio de la Rabasada por su vertiente de Barcelona. Aquí, tras una tarde solitaria, paso a tener la compañía de un ciclista bastante juguetón. Coincidimos desde el comienzo de la subida, al poco el amigo juguetón me lanza unas avispillas que me picotean las piernas pero sin causar mayor daño. Decido ponerme a rueda durante un kilómetro mas o menos para ver el ánimo que presenta el amigo. Chico guerrero que aprovecha cualquier momento para lanzar "discretos" aguijonazos, pero confirmo que no son preocupantes. Poco antes del paso por el descansillo de la gasolinera, asumo las riendas de la subida. Ahora las avispillas las voy a lanzar yo, y veo que el morlaco recibe sin misericordia la suerte de varas. La subida pasa veloz, ya vemos el cruce hacía el Tibidabo. El morlaco juguetón, ahora si, me lanza unas avispillas dañinas, aguanto el primer arreón, aguanto al segundo...y de perdidos al río...paso yo a la ofensiva, algo que asusta al morlaco que decide retirarse a los corrales.
Ya solo me queda coronar el Tibidabo y descender suavemente hasta Hospitalet.
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