Tras una burocrática mañana, en la que el mundo rueda a una velocidad ínfima, en medio de mis pensamientos me ha venido al recuerdo mi primera cicloturista... así que una vez en casa he pensado: ¿por qué no compartirla?...
Corría el año del Señor de 1992 (ó 1991 que no encuentro el trofeo donde viene la fecha)...era mi segundo año en el Velo. El primero fue miserable muy miserable...pájaras, caídas...fatal...pero este segundo año la cosa era distinta. Ya estaba adelante y mi estado físico era bueno.
Así que entre unos y otros nos animamos a participar en alguna cicloturista...la idea era las tres naciones en Puigcerda (que narraré otro día)...pero la falta de presupuesto me obligo a participar en la marcha cicloturista internacional de Esplugues...
En aquel entonces el Velo era una grupeta temida y temible, el ritmo en cada salida era super exigente, la cantidad media siempre rondaba los 25 ó 30 ciclistas...eran sin duda otros tiempos.
El presidente nos animo a quienes no íbamos a Puigcerda a participar ya que los de Esplugues habían invitado al club...y para ahí que fuimos...
El recorrido era un "durísimo" bucle de unos 70kms con la principal dificultad de subir el Suro en Ullastrell.
Nada más llegar la primera visión fue aterradora: una orda de voraces ciclistas muy veteranos avalanzándose sobre una mesa repleta de pastas y chocolate caliente...incluso se retrasó la salida varios minutos porque estos no paraban de zampar.
Se nos informa que la marcha solo será libre en la subida y que el resto iremos tras el coche abre carrera...y comienza la música...nunca lo olvidaré!!!...tres horas (o más) escuchando a Brian Adams...(nunca más lo he escuchado por voluntad propia, incluso una cinta que tenia de él pase a borrarla y grabar encima).
El ritmo era mortífero, de tan despacio los frenazos eran continuos, así que me fui para detrás...pero era aún peor...el pelotón de unos cien ciclistas parando en un semáforo y arrancando después era una imagen sobrecogedora...
Pero el desaguisado nada más había comenzado. Llegamos por fin a pie de puerto, primero paradita y se nos avisa que en el Suro hay avituallamiento obligatorio...al primer kilómetro ya hay que parar...y zampar.
Tras una larguísima comilona, de nuevo a la bici. Comienza la parte media de la subida y casi sin querer nos vamos con otro chaval, siempre, eso si, charlando...cuando nos damos cuenta estamos solos y continuamos nuestra tertulia...poco antes de llegar al pueblo de Ullastrell, el coche de carrera se nos acerca y nos comenta que nos paremos que la gente viene muy lenta por detrás...así que otra parada, esta vez en el tramo "libre".
Bajada a tumba abierta por Castellbisbal y no lo digo por la velocidad precisamente, creo que lo máximo que alcance fueron 35kms/h, lo digo por el peligro que tenía el coche que frenaba en los momentos más inesperados.
A todo esto la música no cesaba ni un segundo, tras como acababa la cinta volvía a comenzar (maldito autoreverse).
Finalmente llegamos a Esplugues...pero todo no acababa aquí, no...se nos invito a realizar una vuelta en pelotón por todo el municipio...fue ya la puntilla...o eso creía, pues aún faltaba la entrega de trofeos...nada de camisetas, maillots, gorras,...no la copa trofeo...dios mio cargar con ella en el maillot fue ya la última.
Llegué a casa a eso de las dos y media de la tarde...y había salido a las siete y media de la mañana...mis padres pensaban que había hecho cientos de kilómetros y cuando les comenté el recorrido y que ya no tenía hambre (por que ya no me cabía nada mas en el estómago) no daban crédito...
Sin duda eran otros tiempos...ni mejores ni peores, solo otros tiempos...
