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martes, 8 de julio de 2014

UNA RUTA CON ÁNGEL

Sabida es mi predilección por las cuestas, si a esto sumamos disponer de horas por delante y el echo de salir a rodar en solitario, con la libertad que eso implica, tenemos como resultado realizar una de las rutas que el año pasado ya me cautivaron por la sierra de Collserola.
En compañía del Doctor estos recorridos no se pueden realizar, diversas son las razones, y no profundizaré en ellas. Son recorridos donde el cubicar es lo básico, el desnivel supera con creces los dos mil metros y las subidas se suceden una tras otra sin apenas transiciones planas donde recuperarse. De salida ya se mira al cielo y esta es la constante durante mas, mucho mas de cuatro horas...
Y en todas estas horas en solitario, al final tienes la compensación de la compañía, la inmejorable compañía del amigo Ángel de Molins con el que he podido compartir los kilómetros finales de esta dura y bella salida.
Pero os voy a describir la ruta, para que tengáis idea...de salida, a balón parado, subo al Tibidabo, buena temperatura y poco tráfico, esto ayuda. En el Tibidabo descenso hasta San Cugat por la Rabasada, abajo giro a derecha hacía Cerdañola buscando la suave subida al Forat. subo sin forzar y continuo con el cubicaje necesario para este reto. Paso por la zona de Horta hasta alcanzar de nuevo la carretera de la Rabasada que subo por su corta y puntiaguda vertiente de Barcelona...de nuevo hasta el Tibidabo...y de nuevo bajo por la rabasada hasta la Floresta esta vez, para tomar la ruta de las Planas. Momento de recuperar. En Vallvidriera repongo líquido y tomo dirección Molins. Ya "solo" me queda bajar y subir la Creu de Olorde. Este tramo y el descenso lo realizo acompañado por otro ciclista con el que comienzo la subida magnética de la Creu por Molins. Pero el compañero es un tanto efusivo y cuando le fuerzo un poco acaba saliendo de la carretera y reventando su rueda trasera. Visto que no hay mayor problema continuo hacia la cima. A unos dos kilómetros de coronar me encuentro con el anteriormente citado Ángel, y ya nos metemos de lleno en una amigable y fluida tertulia que no dejaremos hasta coronar (de nuevo) el Tibidabo, un ratito fantástico y una ruta memorable.
Con Ángel a punto de coronar el Tibidabo...
 ...subiendo el Forat...
 ...afinadito, afinadito...
 ...el efusivo amigo de Olorde...
 ...la luna nos observa...
 ...amena tertulia con Ángel...
...ya estamos arriba...que rápido a pasado.

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