Pero los nuevos aires que ha introducido Nicolás han hecho resurgir esta ruta, la pequeña y humilde clásica de nuestro club, que coge nuevos bríos.
Llegar al mercado de Collblanc y ya encontrar un buen grupo de ciclistas anima. Pero la mañana ha amanecido nubosa, muy nubosa, amenazando lluvia, que por unos instantes aparece en el momento de circular por la carretera de Collblanc. Pero no nos importa, las previsiones de nuestros Gurús de la meteorología de la Universidad de Castilla La Mancha, nos indican que no debemos preocuparnos...nuevo acierto de estos inigualables meteorólogos.
Tal como avanzamos hacía el Ordal se nos van uniendo mas unidades...pero antes de entrar en Molins pincha el abuelo Poci, algo que va a ser una constante de la jornada, que va a tener en el pelotón hasta siete pinchazos, la mayoría en el tramo hasta el pueblo del Ordal.
Esperando al abuelo, planteamos una subida mansa al Ordal, sin estridencias, alcanzando otro grupo casi íntegro de Tusinos que también han tenido que acompañar a otro amigo pinchado.
En el pueblo del Ordal nos reagrupamos mientras se reparan mas pinchazos...
...Y tras la pausa empieza la batalla.
Vertiginoso descenso que nos lleva a Villafranca en un sin sentir. La velocidad siempre es superior a los 40km/h. Un ritmo endiablado que, por fortuna, al paso por el Arboç, se volvió mas racional...aunque el grupo ya estaba cribado...y alguno ya no estaba...
Ahora la velocidad de crucero se vuelve mas estable y ya no hay tantos ataques, aunque la velocidad sigue siendo alta.
En Torredembarra tenemos un pequeño susto en forma de caída, yo gracias a Dios la he esquivado, aunque me ha ido por los pelos, muy por los pelos.
De nuevo en acción. Al paso por Altafulla los cuchillos se empiezan a afilar, aunque la presncia de un imbécil en furgoneta casi nos cuesta un disgusto. Nueva selección en el pelotón, cada vez mas ataques, primero de tanteo, para evaluar las fuerzas del grupo, luego cada vez mas serios.
Yo voy muy justo, a lo que debo sumar lo poco propicio de este terreno para mi. Pero me gusta la batalla y mostrarme por delante, así que tiro de tablas y experiencia...veo un pequeño parón, momento en el que lanzo mi ataque, mi último cartucho. Con sorpresa veo que solo me secunda un compañero de los Tusinos (el que mas fuerte se veía, y estaba) tiramos los dos, hasta que el compañero se va, yo no puedo ni hacer amago de coger su rueda...pero ya estamos en "meta" así que seré segundo (primer Velo, un verdadero orgullo). Tras felicitar al compañero continuo en "neutralizada" hasta las mismas puertas de la Imperial Tarraco.
Nos espera el suculento almuerzo que nos han reservado, muy diligentemente, los amigos del Velo.
Tras la animada charla y los reencuentros y las fotos y las risas y las bromas...toca regresar.
El viento se muestra benevolente con nosotros y nos ayuda ya desde el inicio de la vuelta. Velocidad sorprendentemente muy elevada, devoramos los kilómetros con igual velocidad que las viandas del almuerzo.
Nuevo pinchazo que disgrega el grupo, amén de que ya las fuerzas ya son menguadas.
En el Vendrell nos quedamos en solitario Mariano, el Mago y yo. Formación que mantenemos en animada tertulia hasta Vilanova.
Llegamos a Sitges donde nos alcanza el resto de compañeros que no han cruzado Vilanova por el interior sino que por la variante.
Nos esperan las Costas, puntillita de la jornada, y momento que alguno quiere aprovechar para enmendar sus fracasos...y lo sabes.
Pasadas las costas nuevo avituallamiento líquido, la temperatura y la humedad son muy altas y es necesario reponer líquidos.
Autovía muy veloz, el viento sigue ayudando, pero tras 170 kms hay que pedalear, y ya cuesta...
Ya nos espera Hospitalet.
...balance que solo puede tener dos palabras: jornada perfecta.
Muchas gracias al Velo y en especial a Nicolás y los acompañantes de los coches.
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