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miércoles, 23 de julio de 2014

SUERTE

La suerte, esa esquiva entelequia, que sin querer, o queriendo, marca nuestras vidas.
Suerte hay de muchos tipos, aunque siempre hablamos de la buena o de la mala...olvidando ese matiz ambivalentemente grisáceo que también se muestra en nuestra díscola amiga.
De la misma forma que una misma moneda, con un mismo valor, tiene una cara y tiene una cruz, la suerte también tiene en ocasiones esa doble vertiente.
Puedes tener suerte en algo e inmediatamente ves que esa suerte se ha convertido en tu condena (mala suerte, pues)...o al contrario...algo que te sume en la desesperación por la mala suerte que has tenido al poco se vuelve en una situación afortunada.
Y no es necesario acudir a situaciones catastróficas como ejemplo, aunque reflejan en su extremo esto de lo que hablo.
Situaciones cotidianas nos muestran diariamente lo fútil de la suerte...
Alguno puede atribuir al Karma esta ambigüedad de la fortuna, es posible, no lo negaré. Siempre he sido aliado de las teorías kármicas como equilibrio de la vida...aunque solo sea para ser un poco mas coherente con las acciones que uno realiza.
El equilibrio del karma compensa la buena o la mala suerte...sobretodo si uno es merecedor de un tipo o de otro de fortuna...creando un efecto látigo que bien compensa con mayor premio o bien castiga con mayor trabajo.

Hoy he vivido en mis carnes esa ambivalencia de la suerte...
...ya desde salida he notado un pequeño salto en la rueda trasera...primero lo he atribuido a las rugosidades de la ruta. Ya en la zona de los huertos empiezo a sospechar que algo no marcha bien...finalmente decido parar e inspeccionar la rueda.
Aquí aparece la mala suerte: la cubierta se ha rajado, o mejor dicho ha sufrido una hernia estratosférica...decido poner rumbo a casa para evitar males mayores...con lo que hoy me apetecía rodar, con las ganas que hoy tenía de ir en bici.
Ya en el regreso, rodando de pies casi todo el rato, para evitar sobrecargar la parte trasera de la bici...empiezo a darle vueltas al tema...y la primera conclusión ha sido pensar que he tenido suerte...de la buena, claro...si esto me ocurre en un descenso, o mas lejos de casa, o...
Me empiezo ha sentir hasta afortunado, solo deseo que no reviente antes de llegar a casa, espero tener buena suerte y llegar a casa a reparar sin tener que realizar esto en medio de la calle...
Y la suerte se ha aliado conmigo, así que he llegado a casa si reventar y he podido cambiar cubierta en casa tranquilamente...
Al final he tenido muy buena suerte...
 Son la terceras Vitoria Diamante a las que les pasa lo mismo...
 ...y nunca han recibido mas de 7 de presión...y peso poco...
...avisados estáis.

2 comentarios:

  1. Je,je no soy el único que tiene averías mecánicas ¡¡
    Hoy te he buscado por Collcerola y no te he visto.
    Eso si, he visto tu " inmenso " surco....ja ja.
    Comprendo que este mes de julio, andes escondido.
    En Tarragona vistes las orejas al lobo....grimpeur.....ja ja ja

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    1. Mariano ibas tan ciego que parece que no recuerdas nada de Tarragona...
      Yo puedo sufrir una avería...el problema tuyo es que eres un chapuzas...y lo sabes.

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