La apretada agenda del Doctor Encantador impedía que se adaptara a mi anárquico orden de salida de las vacaciones.
Me encanta salir cuando me place, sin ponerme una hora fija ni de salida ni de llegada, todo lo contrario le ocurre al Doctor Encantador, hombre milimétrico en cuanto sube a la bici, excepto si se trata de medir fuerzas...lo cierto es que somos mas que diferentes, puede que esa sea la razón de la amistad que nos une ya hace casi tres décadas.
Cierto que también somos coincidentes en otros muchos temas mas superficiales, pero el carácter de cada uno es muy, muy diferente. Ante una situación similar cada uno actuaría de maneras casi antagónicas.
Pero puede que esa sea la gracia.
Dentro de mis amistades, quienes ya saben los que son, hay multitud de caracteres y multitud de filosofías, con pocos coincido en carácter y filosofía similar, o lo uno o lo otro, o nada...¿eso es malo? pienso que no...y espero que para mis amigos tampoco...porque en el fondo hay algo mágico en la amistad que hace que tengas una afinidad casi inexplicable con personas bien distintas a ti...alguno dirá que esto nos enriquece el alma (si es que existe...), y estoy bastante de acuerdo en ello.
En cuanto a la ruta, he podido lograr realizar una ruta llanica...con el peaje de alargar hasta donde el estricto Doctor dicta en su escrupulosa preparación, y acabando mas deprisa de lo deseado pues había que disfrutar de la compañía de María y Sara.
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