Cuando una plácida carretera secundaria aparece plagada, infestada, de la fuerza pública es porque algo pasa...
No nos lo dirán, nos quieren tanto que no quieren que nos alarmemos...somos como niños a los que tienen que cuidar.
¡Y que bien nos cuidan!!!
Dos ciclistas, y a los dos nos paran...uno antes, otro después...la experiencia, la mente fría y bien oxigenada permite controlar el temperamento...docilidad, eso les gusta, eso nos permite continuar la ruta...
Lo mejor es que al final de la carretera, cuando se une a la urbe, el inmenso y perpetuo atasco continua...
...del metro y medio mejor no hablar.
Ruta eléctrica con el Doctor Encantador, ultrasónica, había que llegar pronto...y así lo hemos hecho..
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