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miércoles, 15 de enero de 2014

SIN SABER POR QUÉ

En algunas ocasiones, sin obedecer a un patrón determinado, ni saber la causa, reaccionamos de manera bien distinta a situaciones habituales.
Conocido es mi proverbial ritmo pausado en los entrenos, siempre me ha dado buen resultado cuando me he planteado  retos deportivos.
Las altas velocidades en mis salidas entre semana, han sido tema prohibido.
Cada uno conoce su cuerpo mejor que nadie, cada uno sabe como reacciona su cuerpo ante los esfuerzos...son muchos años en esto, son muchas las probaturas realizadas...y afinando, poco a poco, errando y acertando...uno perfila su tipo de entreno...en longitud, en ritmo, variaciones de intensidad, cadencias...
Con la coincidencia en los entrenos con el Doctor Encantador, antagónico a mi en lo que respecta a la prestación deportiva, se ha alteró mi rutina. Cierto que, en pos de la pacifica cohabitación, es necesario ceder...aunque cuando salgo solo, vuelvo, gozoso, a mis vicios ciclísticos.
Y quizás sea por esto, o quizás no, que en ocasiones uno se vuelve loco y presa del lado oscuro que encarna el Doctor Encantador, se lanza desafiando lo rutinario y razonable...
Pero es que ya van dos días con unas medias más que elevadas, en un terreno sinuoso y con la presencia inmisericorde de un intensísimo tráfico...y no sé por qué...
 Tarde nublada, temperatura fresca...
 ...día de invierno...
 ...coronando el Congost...
 ...coronando la suave subida a los once...
...ya todo lo que resta es favorable...excepto la samson...

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