Cierto que no han estado presentes todos los integrantes de esta, pero la representación ha sido germen, para un futuro próximo, de nuevas rutas y aventuras.
En el punto de encuentro habitual y a una más que prudente hora, presentes los caballeros ciclistas que van a rodar en la fraternal armonía, que impulsa, decidida, la marcha imperial de tan dichosa Grupeta.
Presentes los camaradas; Alberto, Roberto, Mariano, Doctor X y un servidor, entre amenas conversaciones, iniciamos camino remontando el hoy brumoso curso del río Llobregat. Repasamos la actualidad personal y profesional. Sin olvidar la reciente y espectacular Vuelta a España que hemos tenido. También interesantes han sido los periodos vacacionales de los camaradas que hoy hemos compartido kilómetros.
Todo esto, en alegre charla, plática que aúna compañerismo y excelencia, hace que la ruta pase bajo nuestras monturas tan rauda, que casi sin querer nos encontramos ya en Olesa, punto elegido de la jornada en el que avituallarnos y separar rutas.
Frugal café. Alberto y Roberto han de regresar. No es conveniente forzar la maltrecha rodilla de Roberto. La mesura es necesaria en una pronta y satisfactoria recuperación...que todos deseamos.
Continuamos ruta el bloque radical de la Grupeta, Mariano, el Doctor X y yo vamos a alargar camino por la zona del Obac, subiendo por la vertiente de Rellinars.
Reemprendemos vía pasando a los pies del Monasterio de Montserrat, el corazón encogido ante el magno espectáculo que nos brinda esta maravilla natural que es el macizo de Montserrat, al cual podemos contemplar en toda su inmensa magnitud, tal cual empezamos el ascenso al Obac.
Subida que realizamos a vivo ritmo, sin perder aliento y manteniendo, aún, amena conversación. La belleza del paraje anima y reconforta a nuestras fibradas piernas, que pedalean, si cabe, con mas soltura .
Descenso a Tarrasa desde donde remontamos los cuatro para bajar por la carretera, que entre urbanizaciones, nos deja en Rubí...ya en zona mas amigable buscamos la llegada a Hospitalet. Pero no contentos con el derroche de energías realizado, guardamos una nueva exigencia, la subida a Las Planas.
Este es el momento en que se dejará la conversación y se pasará a la acción. Trepidante ascenso final que en un suspiro nos brinda ese descenso bellísimo hasta la ciudad Condal, a la cual intentamos burlar de la más rápida manera hasta encontrar las calles de la Noble y Fiel ciudad de Hospitalet.
Ostias ¡¡¡ Has bordado la crónica.
ResponderEliminarMe dejas en pañales.....ja ja ja