Novedad. Ni recuerdo la anterior vez en que salimos a rodar un sábado sin mediar ningún tipo de alteración dominical reseñable.
También hay que reconocer que de salida solo hemos sido Mariano, Doctor X y un servidor...pero bueno, quizás con el tiempo se nos unan mas amigos.
La ruta elegida debe ser consistente, si no ¿para qué madrugar un sábado?. durante la semana Mariano apunta una nutritiva ruta por las Estenallas, San Lorenzo Savall y la Rabassada.
Ante tan suculenta oferta no se puede hacer otra cosa que incarle el diente.
Ya desde el inicio ritmo interesante, antes de abandonar la Fiel ciudad de Hospitalet, encuentro con la familia Pociello, bueno con Silvia y Sergio, que el abuelo hoy ha hecho fiesta...pero la familia Pociello hoy iba por el monte sobre monturas de 29".
Proseguimos camino. El ambiente es algo mas fresco que en anteriores jornadas y el viento en esta primera parte de recorrido es bastante molesto.
Con paso firme llegamos a Tarrasa. En breve iniciamos el ascenso a la dificultad mas importante de la jornada: Las Estenallas.
Puerto que subimos con bravo ritmo, en las partes mas contundentes, Mariano comienza lo que va a ser tónica en la salida de hoy, empieza a lanzar tremendas avispillas. Resisto los aguijonazos y juntos coronamos seguidos un poco después por el Doctor X.
Ni en el descenso vamos tranquilos y eso que, sin solución de continuidad, hemos de afrontar el rampón que nos lleva a la carretera de San Lorenzo. Y aquí, de nuevo, Mariano vuelve a mover el avispero...con idéntico resultado.
Café en San Lorenzo Savall y a Tarrasa que nos vamos. Intuyo que Mariano está juguetón pues insiste en subir la Rabassada...y hace años que nos conocemos...por algo será.
Reemprendemos ruta y nos juntamos con otros ciclistas que transitan por esta carretera, formamos un pelotón bastante interesante.
Carretera muy sinuosa en la que Mariano realiza su lanzamiento de avispillas mas brillante del día. Un aguijonazo mantenido durante un kilómetro que destroza a los compañeros con los que íbamos...ya nos quedamos solos, así que no miramos atrás, y a Tarrasa que llegamos sin ser alcanzados por estos.
Ya solo falta subir la Rabasada, intuyo que mis piernas van a tener que exprimirse mas de lo que me apetece...pero si he aguantado todos los aguijonazos anteriores, he de superar las avispillas que vengan...
Y así ocurre, Mariano lanza sus avispillas y yo consigo domesticarlas.
Finalizamos una ruta muy bonita, con muy buena prestación atlética, esperamos la próxima.
Buena salida ¡¡¡
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