Y esperando tengo ya a los amigos para reemprender rutas por este paraíso teruenal del que intento mostrar, en la modesta medida que uno puede realizar, para el conocimiento de aquellos que desconocen de su belleza.
Así que nada mas llegar nuevo madrugón, esta vez premiado con un suculento almuerzo en nuestro hogar de adopción, la Fonda "El Espliego".
La ruta ha sido lo de menos, breve y suave, acompañando a David y su peculiar ritmo ciclista...lo bueno ha venido luego.
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