Tras los intensos días de fiesta, el reto de subir a esta ermita situada a mas de 1400 metros de altitud era algo mas que cuestionable.
Pero un enfervorecido Eduardo acabó convenciéndonos al Largo y a mi de realizar esta ascensión tan y tan dura.
Subida a balón parado que durante cuatro kilómetros no baja del 10 % de desnivel...una locura, por suerte la pista está mejor de lo que me esperaba.
No sin dificultades y precauciones conseguimos llegar a la ermita desde donde disponemos de unas vistas privilegiadas y hermosas.
Otra mañana mas de diversión y deporte.
Edu y el Largo...
...hasta la punta mas alta de la izquierda subiremos...
...ya hemos subido...
...ahí se ve la altitud...
...exultantes...
...mas exultantes...
...en la ermita.
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