La grupeta hoy tenía escasas tres horas de permiso, suficiente para acercarse hasta la villa de Sitges y rodar por nuestros cuarteles de invierno.
Estrenando mi equipación invernal de Castel de Cabra, ahora ya todo el año luciendo los colores Cabra Bikers, orgulloso de mi tierra.
En las piscinas Alberto, Roberto, Mariano, Sergi y un servidor, luego se nos unen dos camaradasmas, amigos de Sergio.
Inicio de ruta marcado por el viento frontal, bastante violento y racheado, aunque no para todos...a alguno poco aire le da en el morro. Pero dejemos estas disquisiciones para otro día.
Las Costas son la interrupción de la amena tertulia, es el momento de la exigencia ciclística. Algo tiene este tramo que siempre llama a la batalla, su leve porcentaje de subida unido a la brevedad de estas permite exigirse puntualmente, sabedor que en breve el descenso da paso a la recuperación.
Pasadas con buen ritmo, lejos, lejísimos del nivel del pasado domingo, pero muy aceptable. Con un poco de sal y un poco de pimienta en forma de las clásicas avispillas y con desigual resultado para algún que otro grimpeur.
Llegados a Sitges es momento de avituallamiento, mas tertulia y café. Hoy no solo hemos tomado el café, también se han abierto muchos ojos ante la realidad técnico-económica de nuestro deporte...¿habrán sorpresas este invierno?...el extremo oriente tiene la palabra.
Reanudamos marcha, reanudamos costas.
El viento, antes impertinente, se convierte ahora en nuestro fiel aliado, llevándonos en volandas ya en todo lo que quedará de camino.
El paso de las costas se salda con igual resultado que en la anterior pasada...para tristeza de alguno...hoy no habrá muescas que marcar.
Ya en la autovía el ritmo no cesa, el viento ya mencionado, nos muestra Hospitalet en una brevedad inusitada, saldando una satisfactoria y divertida matinal con la gran compañía de los amigos de la grupeta.
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