Antaño fiesta sobria, hogareña, un tanto gris...hoy absolutamente tamizada al gusto yankee.
Comercios abiertos, salvajada mayor aún si cabe.
Ya no se puede hacer nada, ayer fue Hallowen, gente disfrazada...terroríficamente disfrazada, ¿que será del carnaval?
Cierto es que el colorido y el festejo comercial impulsado desde USA supera muy a las claras una noche de moscatel y boniatos viendo Don Juan Tenorio...optemos por admitir la realidad e intentemos asumir la coexistencia de ambas celebraciones.
Eso si, intentemos no perder la tradición nuestra. Difícil tarea, las nuevas generaciones ya asumen el Hallowen como una fiesta suya...y quizás tengan razón, ya que a simple vistazo televisivo, es obvio que ya es tratada como algo absolutamente normal por nuestras tierras.
Yo, por predicar con el ejemplo, ayer cumplí con mi ración de castañas...
Y para ilustrar la festividad no puedo evitar adjuntar unas fotos que me envió mi amiga Melissa de su celebración de Hallowen en Winsconsin...
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