Así que ya solo me quedaba rodar en solitario. Para variar un poco decidí alternar monte con asfalto.
En esta entrada comentaré los de monte.
Las rutas en Castel de Cabra para realizar en BTT son fenomenales, abundantes pistas, paisajes inmensos, soledad...el único pero, a mi juicio, es el estado en que alguna pista se encuentra debido principalmente a las lluvias caídas esta primavera y verano. Tampoco, para mas inri, se realiza un mantenimiento continuado de ellas, de modo que las que no son muy transitadas quedan bastante abandonadas...pero bueno poco a poco y con paciencia y pericia se superan estas dificultades, permitiendo también disfrutar de esta especialidad de mi deporte.
Al quedarme solo mi objetivo era regresar a los 4 mojones. Las sensaciones en el día que subí con la grupeta no fueron satisfactorias a nivel de orgullo. Me disgustó mucho tener que patear mas de lo que yo debo...vale que mis cubiertas no son las idóneas en terrenos resbaladizos pero eso lo tenía que comprobar subiendo otra vez en un día seco y soleado.
Así que tras un par de días saliendo por el monte amenazado por la lluvia y el frío, el primer día que se presento espectacular decidí subir.
Para esta ocasión opté por otra subida inicial, mas larga y ciclable, desde Valderrero. Lo cierto es que me gustó mas este camino que el que realizamos con la grupeta, mas tramo de monte, mas paisajes espectaculares...
Coroné mas que satisfecho, y con el orgullo mas sosegado, pues ciertamente las cubiertas son algo fundamental en el monte (aviso para el año próximo), el trayecto se pasó en bici excepto un pequeño pateo por causa mecánicas que no llegó a la decena de metros...y es que si paras en algunas pendientes, ya se sabe que hasta que no suaviza no se arranca.
Las vistas (hoy si) espectaculares, el día radiante lo permite. Tras la admiración y las fotos de rigor deshago el camino aunque tomo un par de variaciones muy positivas de cara al recorrido.
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