EN EL RUEDO

Buscar paralelismos entre diferentes deportes es harto complicado, pero buscarlos entre ciclismo y tauromaquia se antoja imposible...¿o no?
De entrada el gran enemigo de ambos es el viento, si llueve se suspende, pero si sopla el viento hay que seguir aunque implique un plus de peligro, esfuerzo e incomodidad.
Pero analicemos las faenas. tanto en la bici como en el toreo se empieza calentando, sea con el capote, sea con la primera charla. Sirva esto para templar, observar a los rivales y tramar la estrategia en función del morlaco ( o los morlacos).
Pasaremos a la suerte de varas, algo que bien realizado, con la precisión quirúrgica que requiere, acaba siendo fundamental en la faena, hay que templar a la bestia, pero cuidado!!! es fácil pasarse y dejar al astado   sin fuerza alguna...del mismo modo hay que dejar que los rivales sean picados convenientemente para que luego la fiereza sea mas templada.
Cambiamos de tercio, es el momento de las banderillas, lo que equivaldría a los ataques, a las avispillas, a los palitos, en el ciclismo (bien sean gaseosos o concentrados). Es la parte vistosa que da lugar al lucimiento del diestro que se atreve con este arte (que no son todos) al igual que en el ciclismo no todos los "lideres" son capaces de osar a dar el paso del ataque...tristemente.
Y llegamos al momento del mano a mano, muleta en mano, aquí tras todo lo anterior marcar la diferencia que se consuma en el momento de tomar el estoque y terminar la faena.
Y es en ese preciso instante, tras citar al morlaco, y entrar a matar, el momento en que todo lo anterior puede adquirir un valor trascendental o pasar al olvido. Y es que en el ciclismo pasa lo mismo, si no tienes remate, ya puedes ser un buen ciclista que al final las victorias son lo que cuentan.

Intuyo que a alguno no le haya resultado una metáfora apropiada, pero recordar, que esto es un INCENDIARIO, y la provocación (siempre en su justa medida) es la base...y a día de hoy hablar de toros es garantizar polémica...

Tarde ciclista en que el calor ha sido el protagonista, al igual que el omnipresente Eolo, ruta buscando las sombras y el líquido elemento...¿y que mejor ruta para estos condicionantes que la de Gelida?.
Aderezamos el recorrido convenientemente con la ascensión a la Creu del Aregall, no puede ser menos en nosotros...

 Las dos máquinas...

 ...Gelida, paraíso de fuentes...

 ...Doctor X en misteriosa penumbra...

 ...acabando la Creu...

...afinando...