Final de curso, momento de evaluaciones...en mi caso sobresalientemente satisfactorias.
Estos últimos años también significa el inicio del tramo mas largo del año en que no estoy con María, serán cuarenta interminables días, con sus noches, en los que la añoranza se apodera de mi, solo compensado con la idea de que una vez terminado este plazo, serán cuarenta días seguidos con ella...y esta ilusión aunque a día de hoy lejana, ayuda a soportar el largo, larguísimo mes de julio.
Otro añadido al final de curso esta siendo, año si, año no, el festival que nos regalan desde el Taller de Música y Danza del colegio. Este año un tanto mas austero ya que hemos dejado el teatro juventud, para llenar el Auditorio de La Torrassa, la crisis se nota...pero donde no ha llegado la crisis, ni llegará, es a la ilusión, ganas y arte que ponen los que integran este Taller.
Pudimos disfrutar de una muestra de lo que hacen nuestras hijas y del trabajo realizado en lo que va de año, sin duda el esfuerzo ha valido la pena.
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