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miércoles, 4 de junio de 2014

EL PINCHAZO

Bueno, acabo de dejar atrás Martorell, cruzo el Llobregat, el viento me está ayudando...luego ya sé que será otro cantar pero ¡Que leche! voy a disfrutar del momento.
Alargaré esta majestuosa ayuda, continuando en el sentido que me indican los árboles, giraré a la izquierda y dejaré la subida a Los Once para la semana que viene.
No hay mucho tráfico ¡Bien! el stop es un ceda y sin dejar de pedalear inicio la carretera de Olesa...o de Las Carpas...o de Las Choperas...

Psss...Psss...Psss...Psss

Algo pasa en mi rueda trasera, ese sonido es reconocido por cualquier ciclista. La experiencia ya me lleva a buscar con la mirada un lugar en que detenerme antes incluso de parar a comprobar  que he pinchado.
Por suerte este tramo dispone de un decente arcén, no para muchas alegrías, pero que para estas situaciones es una bendición.
Me detengo, salto el guarda raíl, y comienzo el ritual.
Saco el bidón con los repuestos y las herramientas, lo abro, saco cuidadosamente los desmontables y la cubierta elegida, siempre llevo dos..mejor ser prevenido. También coloco, ordenadamente, la botellita de CO2 y los guantes de plástico que llevo siempre con las herramientas para no acabar con las manos llenas de grasa y suciedad.
Este proceso puede parecer un tanto engorroso y lento, pero mi experiencia me ha demostrado que ante un pinchazo lo mejor es ir con pausa, alejando las prisas lo mas posible.
Bien, ya tengo todo a la vista...comenzaremos.
Saco la rueda tras destensar previamente el freno para facilitar su extracción.
Comienzo a destalonar la cubierta, uso unos desmontables plásticos de la casa Michelín, personalmente son mis favoritos...pero para gustos...
Estas cubiertas que uso, y esta rueda, permiten realizar este proceso de manera muy rápida y fácil.
Ya tengo sacada la cámara, ahora otra operación en la que dedico el tiempo sin mirar reloj, sin prisa alguna repaso el interior de la cubierta, no fuese que la causa del pinchazo permanezca aún entre el tramado de la cubierta y esté amenazante, hasta provocar un nuevo pinchazo. Repaso el interior tres veces, de manera concienzuda, hasta el mínimo detalle.
No hay nada, nada.
El pinchazo lo debió originar algo punzante que se hallaba en la calzada...pero en la cubierta no está. Por si acaso un repaso también al fondo de llanta...mas vale asegurarse.
Monto la cámara nueva, el proceso de calzado de la cubierta lo puedo realizar sin emplear nada mas que mis manos desnudas, mejor, ya que así casi no existe el riesgo de pellizco.
Montada ya, proceso al inflado con el CO2, primero un poco de gas para ver que la cubierta calza de manera correcta y luego exprimo la botellita hasta el final.
Coloco la rueda sin mas problema, previamente la había dejado en los desarrollos en que se debe dejar...plato pequeño, corona pequeña.
Ya solo queda recoger, y como las cosa están bien ordenadas, esto se realiza ahora en un plis plas.
Y volvemos a la carretera y volvemos a pedalear.

Es curioso, pero está es una de las reparaciones mas sencillas, una de las averías menos molestas que podemos sufrir y en cambio, en el momento del pinchazo, te entra un enfado propio de un descalabro mecánico de corte apocalíptico...cosas de ciclistas.

Otro día hablaré de la reparación de las cámaras pinchadas...esto merecerá una entrada.

 ...reparando...
...tarde gris, toda una señal.

 

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