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viernes, 6 de junio de 2014

NO HAY QUINTO MALO

La sabiduría taurina no ha fallado en esta jornada y hemos disfrutado de un día radiante...además de una divertida sesión ciclística.
Espero que los numerosos anti taurinos que me rodean sepan comprender y tolerar mis frecuentes referencias al mundo del toro, pero es que no puedo evitar caer cautivado ante el espectáculo rotundo que nos ofrece la Fiesta...y los muchos mundos que ofrece.
Hoy no es lo mas correcto políticamente, lo sé, mas no puedo renunciar a unos recuerdos que ligan mi infancia a hermosas tardes de primavera gozando en compañía de mi abuelo de la Feria de San Isidro, mientras la inmensa voz de Matias Prats nos enriquecía con su narración algo que transcurría ante nuestros televisivos ojos aún entonces de blanco y negro en nuestra Phillips.
Dejaré ya este paréntesis de nostalgia para centrarnos en lo hoy acontecido.

Nueva tarde, piernas ya algo fatigadas.
Al devenir del viento decidimos nuestra ruta, primero sopesando un recorrido llano por la zona de la costa hasta que comprobamos que lo más razonable será remontar el Llobregat con la ayuda (hoy poca) de Eolo.
En Martorell optamos por subir los Once, subida ligera, en rampas y en calorías... fácilmente digerible. Subiendo con la calculadora no gastamos nada mas que lo absolutamente necesario, frenando al Doctor de sus espumosos intentos de aceleración.
El descenso por Castellbisbal nos lleva al cruce que nos presenta el dilema de tomar recto hacía casa por Molins o continuar por la zona de Las planas...nos sobran fuerzas...y tiempo así que para Las Planas que vamos...
Metidos ya en vereda el Doctor sugiere progresar hasta coronar el Tibidabo, me parece bien y hacía la cima mas alta de Collserola que nos dirigimos. La presencia de un nutrido grupo de ciclistas me anima a lanzar unas avispillas a las piernas...y lo cierto es que las picadas han dejado al grupo reducido a la mínima expresión...parece que este tipo de entreno da su fruto.
Y tras esta pequeña performance ya solo nos queda descender...y en un suspiro estamos en casa.
 El Doctor siempre concentrado...
 ...blanco y radiante...
 ...afinadito...
 ...el único que ha aguantado las avispillas...
...el Tibidabo, cima Coppi de collserola.

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