En mi larga travesía del desierto del paro encontré un oasis maravilloso en el que revivir. Puede ser que el karma me otorgara el beneplácito de su bondad tras tantos tiempos de miseria.
Lo único que me queda es animar a mis amigos que se encuentran en la misma situación en la que yo estaba a no perder la esperanza.
Alguna vez he comentado, que para una generación de este país, el paro es nuestro "Vietnam" y sus efectos se notarán durante muchas décadas.
Los que hemos estado, los que están, sabemos perfectamente lo que se experimenta...me hace gracia oír a la gente que habla de los parados, sea la versión lastimo-compasiva, sea la versión "son unos vagos, porque trabajo hay..." realmente me producen el mismo asco...puede que precisamente por esa travesía mi carácter se haya agriado en algunos aspectos aún mas, pero uno es llevado a ese extremo a fuerza de escuchar y ver según que y a según quien.
En situaciones como esta uno ve a quien está a su lado y quien no...por muy buena cara, o palabras que ofrezcan...o por discursos pseudo políticos de una repugnante y falsa "solidaridad" cuando en realidad no saben nada.
Porque ayudar,salvo la familia y los buenos amigos... a uno le ayudan muy poco...
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