Rodar así me gusta, sin forzar, disfrutando del pedaleo, sin cebarme en ruedas ajenas, sin buscar la velocidad por la velocidad...solo rodar y digerir los kilómetros, masticándolos pausadamente, saboreándolos.
La lástima es que el tiempo no está acompañando mucho, hoy que el viento ha tenido una relativa pausa, digo relativa porque también ha soplado pero si lo comparamos con los días anteriores...
Ya se sabe que es invierno, pero este viento permanente y esta nubosidad perenne, no ayuda a mitigar los efectos del invierno...frío no hace apenas, pero es que son tardes bastante perrunas.
Hoy la ruta ha sido bastante gratificante, un recorrido sinuoso, escapando precisamente del viento, y que he realizado de la manera que anteriormente he comentado.
Inicio camino, y alertado por el viento, reseteo mi anterior intención de ruta. Llegando a Cuatro Caminos tuerzo hacia el Ordal para un poco mas adelante tomar la carretera de La Palma y Corbera. Ya estoy en el precioso y duro ascenso a la Creu del Aregall. Coronando me encuentro con bastantes ciclistas que han subido por la vertiente de Gelida. Descenso bastante frío que es lo normal en una zona tan umbría como esta. Casi sin sentir estoy en Martorell, voy bastante bien de hora así que decido escalar Los Once. En el cruce de Castellbisbal ya se que el terreno será favorable, y ahora con viento de popa, algo que se agradece tras tantos kilómetros con viento de frente. Ya solo queda un paseo plano para concluir, y como he dicho, ayudado por el viento, se pasa en un suspiro.
Mañana anuncian mucho viento, dicen que habrá alerta...veremos.
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