Vistas de página en total

lunes, 24 de febrero de 2014

JUDAS PRIEST - DEFENDERS OF THE FAITH. 30 AÑOS NO SON NADA

Continuo recordando discos de hace unos añitos...si los dos primeros los dediqué a grupos mas "recientes" caso de Opeth y Amorphis, creo que ya toca dejar a los veinteañeros y pasar a por los treintaañeros.
Y para comenzar estos recuerdos metálicos pasando la treintena ¿qué mejor disco que el Defenders of the Faith de los Judas Priest?

Además aprovecharé para pasar del Metal mas extremo al Metal mas Clásico, si Clásico con mayúsculas, ya que este disco en una pieza clave en la historia del Metal.



Este disco recuerdo perfectamente cuando salió a la calle, el Popular 1 llevaba meses anunciando la salida de esta obra maestra. Con el ansia viva aún, propia de la adolescencia, esperaba los días...por fin, tras ahorrar mucho mas de lo que tenía, suplicar lo suplicable...y mas...por fin con cierto retraso, y en cinta cassette lo tuve en mis manos...o mejor dicho, en mis oídos.
Desde luego que aquella emoción que se sentía ante un nuevo disco hoy ya casi no la tengo, pero en fin es algo que intento corregir, no perder nunca esa ilusión...mas lo años no pasan en balde y la piel se curte en una manera que no debería ser.

Comencemos por el principio; Freewheel  Burning es el tema que abre el disco, todo un himno de Judas, canción imprescindible en cualquier concierto o recopilatorio de los ingleses, velocidad, melodía...una maravilla ¿y por qué no decirlo? un tema básico de la historia del Metal. Le sigue con igual velocidad Jawbreaker, buen tema que queda eclipsado por el anterior, creo que si este tema hubiese abierto la cara B del disco, hubiese tenido la repercusión que merece.
Tras estos dos veloces temas sigue la para mi (repito: para mi) mejor canción del disco y (repito otra vez: para mi) la mejor canción de Judas Priest (alguno dirá que me he pasado...pues vale) un inicio fantástico, un preludio de lo que nos va a acompañar durante el resto de canción, medio tiempo, muy metálico, con muy buenas guitarras tanto en solitario como en dúo y un Bobby Halford rematando un tema como nunca, ese punto exacto entre lo macarra y lo rockero esa es Rock Hard Ride Free...Seguimos el trabajo con The Sentinel otro tema muy Judas, muy de concierto, y es que este tema siempre me ha gustado mas en directo que en el disco...es como si su hábitat natural fueran los grandes estadios.
Comienza una pequeña pausa en cuanto a la velocidad, no en cuanto al Metal...Love Bites, un tema algo mas "comercial" pero con todo el encanto de Judas, aunque creo que bastante tamizado para el gusto americano de la época, eso si el solo justifica su audición sin remilgos.
Eat me Alive trae de nuevo la velocidad y a los Judas mas eternos, a la vez que nos recuerda sus anteriores trabajos, un temazo que a fuerza de single se le ha dado la notoriedad que su calidad encierra, en su día pasó un poco olvidado pero hay que recordar los años y los gustos de entonces...y la ingente cantidad de obras maestras que aparecieron en aquel lustro.
Y llegamos a Some Heads Are Gonna Roll, una canción inolvidable, intemporal. Todo en ella es perfecto, aquí si que se le prestó atención al tema con una buena difusión en su momento, el sonido, algo americano, le favoreció sin duda. The Night Comes Down es la balada habitual en los ochenta, correcta para entonces y sobresaliente si la comparamos con lo de la actualidad.
Y ya solo quedan los dos temas finales...que casi se puede decir que es uno solo...Heavy Duty, no miente su título es una canción muy de directo, lenta y guitarrera, machacona, de dar palmas, alzar los brazos, los cuernos y dejarse llevar...y en esto aparecen los aplausos del concierto y Defenders of The Faith...la conclusión épica y perfecta para un álbum básico en cualquier discoteca de Metal.

Mi tesoro...aunque tras casi treinta años no se escucha muy bien...

No hay comentarios:

Publicar un comentario