Por tanto la ruta que he planteado hoy se ha ajustado a dicha teoría...y con éxito. Subo Olorde en medio de una temperatura casi primaveral de 17ºC, pero a falta de cuatro kilómetros para coronar la niebla hace acto de presencia (ya desde el plano se adivinaba esta circunstancia) algo que sumar a mi teoría, corono y primer descenso, breve, no me enfrío, antes de llega a Valvidriera de nuevo se sube...por tanto entro de nuevo en calor, las tinieblas se apoderan del entorno y la sensación de fresco ya es intensa.
Viene el descenso mas largo, por las Planas, pero no llego al límite de los cinco minutos y los repechos que me llevan hasta las tres Ollas me permiten seguir manteniendo la temperatura, ya en Molins compruebo que mi teoría (y este recorrido) es un acierto para jornadas frías en que apetezca subir sin tener que quedarte helado tras un largo descenso.
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