El silencio para muchos es la aceptación de lo impuesto, alzar la voz es lo contestatario ¿lo valiente?...los años me han enseñado a medir las palabras, no siempre lo consigo, por tanto me pasé a los silencios, y es que de los silencios soy el dueño.
Hace veinte años esto me era muy difícil de lograr, casi imposible, la juventud, la inexperiencia, te obligaba a cometer errores...y de esos errores se aprende...se sufre pero se aprende...
Llevar la voz cantante, elevar la protesta, no me ha supuesto beneficio alguno...hoy, callando, ignorando al ignorante, siento la satisfacción del no hacer ningún aprecio...¿será el mayor desprecio???
En la carretera, días como hoy, en que han confluido todos los imbéciles motorizados de la provincia, me ha costado mantener el silencio en más de un momento, en más de una pitada...pero ese silencio ha sido el brutal desprecio con ese cretino que se atreve con dos ciclistas...pero no con un camión...
Ruta por Collserola, subimos la Rabasada...y es que hoy el tiempo apremiaba...
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