No se puede decir que esté a favor de la música en la calle...pero tampoco estoy en contra.
Regular, como se ha pretendido, a los músicos callejeros en función de su "calidad" me parece una tropelía elitista propia de las neo urbes escenografiadas en que se están convirtiendo muchas de las ciudades de España...y especialmente la ciudad condal.
Regular en función de la "calidad" supone una subjetividad tan absoluta que asegura la calle únicamente a aquellos afines, que los hay, a los poderosos.
Mi única regulación sería algo tan obvio como es el volumen, con un volumen sonoro moderado, se consigue que la posible "molestia" ya se atenúe...
Por supuesto que los horarios en que estaría permitido tocar deben ser razonables, así como la distancia entre aquellos que expresan su música...aunque muy necio ha de ser un músico para ponerse a tocar al lado de otro "pisándose" sus interpretaciones...
Dejemos que impere el sentido común.
Soplan nuevos aires en la urbe de al lado de Hospitalet, entiendo que finalmente todo seguirá igual...mismo perro con distinto collar...bueno ahora llevan flauta.
No tengo ninguna esperanza en quienes han entrado, ni en ningún otro por cierto, muchos detalles de esta semana no hacen si no justificar este recelo...pero bueno, no pondré la venda antes que la herida.
Solo deseo que no acaben estos también con la ilusión que algunos han puesto en ellos.
Y volviendo al tema de la música callejera, os voy a presentar a un músico argentino, auténtico virtuoso de la guitarra, que tocaba habitualmente en la calle.
Daniel Salazar justifica que se permita tocar música en cualquier rincón de una gran ciudad...
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