No importa el recorrido, ni la hora...aparecen así, por sorpresa. Viven agazapados y esperan su oportunidad de saltar a la yugular.
Y eso que por las costas, zona en que es habitual la presencia de algún imbécil, no han destacado por su número, presentes han estado, pero con relativa discreción.
El resto de ruta ha sido un continuo aparecer de tontos, bien motorizados, bien sin motorizar...
Espero que sea la luna y pronto vuelvan al redil...hasta otra tarde en que vuelvan a soltarlos, espero que ese día llueva y no salga en bici para no encontrarme con ellos...
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