Tras sopesar hasta el último momento, decido salir a rodar el sábado. Ruta ya organizada y propuesta por Mariano y que en principio era solo a realizar en dúo junto a Sergio, aunque finalmente se unió Silvia, el Poci y yo.
Punto de origen muy diferente del habitual de las piscinas de Hospitalet, hoy quedamos en el Ayuntamiento de Esplugas. Mañana que apunta maneras, el amanecer anuncia sol y buen tiempo...pero realmente ha sido hasta mejor de lo esperado.
Tras esperar brevemente a la Familia Pociello, y disfrutar de la cara de Mariano al verme llegar iniciamos ruta.
Ya desde el comienzo vamos con suave ritmo, la máquina no se fuerza en ningún momento y así vamos circulando en dirección a Tarrasa. Es a partir de aquí cuando uno puede decir que empieza la ruta. La carretera es ahora más entretenida y el ritmo se aviva un poco más, siempre dentro de los márgenes de lo asumible. Siempre rodando con comodidad vamos engullendo los kilómetros hasta plantarnos en San Lorenzo Saval.
Aquí, un generoso Mariano, convida al grupo a croissants y café, acepto el café pero dejo la bollería para otra ocasión...
Tras la amena tertulia volvemos a la carretera. Tras deshacer camino hasta Castellar, comienza el periplo por poblaciones y polígonos que nos debe dejar al pie del Forat del vent.
Este tramo, feo a matar, me lleva a recorrer las zonas del otro lado de la urbe, zonas en las que no había pasado jamás...y se entiende el porque. Ni la novedad de pasar por zonas vírgenes para mi, me interesa, solo deseo comenzar ya a subir el Forat...la monotonía de estas ciudades y sus polígonos es un auténtico plomazo.
Por fin llegamos al Forat, aliviado tras esta travesía de Mordor, el pedalear por un tramo sin cruces ni rotondas y rodeado de árboles es un auténtico placer...y más compartiendo tertulia con Sergio .
Tras coronar, descenso y ya solo nos queda atravesar la ciudad condal en su zona norte para regresar a nuestro lado...el bueno, el de Hospitalet.
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