Durante la semana pasada fue tomando forma una idea que rondaba por las cabezas de Mariano y mía. Y es que en todos los años que llevamos compartiendo asfalto con los amigos de la Grupeta, aún nunca habíamos subido al Rat Penat por la vertiente de Port Ginesta...y esto era algo que había que apañar.
En principio la ruta parecía plantearse como un dúo entre Mariano y yo, pero la valentía de la Grupeta ha aflorado y finalmente hemos conseguido ser un repoquer de valientes los que hemos realizado tan duro ascenso.
En las piscinas no hemos reunido Roberto (que va a ir a la Maladona), Sergio, Mariano y yo, en el Estadio del Glorioso Centro de Deportes Hospitalet nos aguarda Nacho y se nos une David.
Buena tertulia por la terminal de los taxis, en las Filipinas se nos une Joaquín (ya tiene pareja de baile Roberto) y proseguimos hasta el inicio de esta dura subida.
Para mi también es una novedad, y es que es la primera vez que subo al Rat Penat en compañía, siempre lo había subido en solitario y en cierta manera hoy también es un reto el subir a un ritmo "ajeno" al habitual.
Los Cinco valientes nos encaramamos por la dura ladera, siendo Mariano el que muestra mayor soltura en las duras rampas...gracias a los desarrollos que ahora montamos podemos subir...y es que me pregunto como podía subir yo esto con 39x25...
Con esfuerzo, mucho esfuerzo alcanzamos la cima...bueno la cima de verdad no, hoy no se ha subido "hasta la Bola", pero bueno, al fin y al cabo hemos hecho el Rat Penat...para otra ocasión se sube a la Bola...si o si.
Terreno sinuoso, muy sinuoso que rematamos por la carretera de las Colinas hasta alcanzar Molanta. Momento de reavituallarse. Aquí se nos une Miguel (el hermano de Sergio) ya conocido de sus años mozos en el Velo, un nuevo miembro de la Grupeta siempre es bienvenido y espero (esperamos) que sea habitual su presencia en nuestras rutas.
De nuevo en la carretera regresamos por Begas. Y lo que se anunciaba como una plácida vuelta, se encabrita más de lo debido. El avisperillo de Mariano se lanza a la rueda de un neo-ciclista ante nuestra impasividad, cuando nos movemos es tarde...pero ya no paramos hasta casi alcanzarlos al iniciar el descenso de Begas a Gavá.
Tras despedirnos de Miguel y emplazarlo a acompañarnos en nuevas rutas en breve, tomamos los huertos para esquivar la autovía y alcanzar la terminal...por cierto que acabamos el día impresionados de la actitud de varios ciclistas que vemos llegando ya a Hospitalet.
En resumen, una gran jornada que debería repetirse cada año.
Gracias amigos por acudir.
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