La escasa precipitación no hizo otra cosa que sacar a relucir el "jabón Nenuco", una de las más peligrosas amenazas para el ciclista. La capa grasienta, mezcla de aceite, gas oil y los líquidos que en esta época vierten los camiones de basuras al recoger los contenedores, forman una película que revive con la presencia de la lluvia...si no es una buena tormenta esto no lo limpia nadie...
Pero hoy, y a pesar de las previsiones catastrofistas, el día se ha ido levantando paulatinamente hasta dejar un mediodía y una tarde absolutamente radiantes...y sin el agobiante calor de los días pasados.
La ruta la he ido improvisando sobre la marcha, bien por el viento, bien por las piernas.
Me dirijo hacía Gelida, pero compruebo que mi bidón aún mantiene el agua a una temperatura aceptable, así que hoy no me detengo en la fuente de San Miguel y voy hacía Hortons para bajar ha San Sadurni. Prosigo por San Pau camino del Ordal, en el descenso me veo bien, así que remonto las empinadas rampas de Can Prunera y continuo a Begas para finalizar realizando el habitual paso por la autovía.
Una contundente salida aprovechando el pequeño parón habitual de julio.
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