Tras una intensa, deliciosa y rotunda velada junto a mis amigos familiares Sito y Gaby, tocaba madrugar.
La tarde habíamos quedado Alberto, Nacho y yo, en realizar una prudente salida de sábado...de esta forma, a las siete de la madrugada, en las piscinas de Hospitalet, emprendemos ruta junto a Alberto. Nacho nos espera un poco más adelante.
Viva tertulia, con el Tour como protagonista en el inicio.
Pasan las pedaladas hasta que nos damos cuenta que no hemos fijado ruta a seguir. En un momento se hace el quorum: Iremos a Hostalets de Pierola.
Pero al poco de tomar la decisión citada, comienza la zarabanda de pinchazos que nos va a incomodar la mañana. Poco antes de Olesa, pinchazo en la rueda delantera de Alberto. Rápida reparación pero algo nos alarma...y es que no aparece la causa del pinchazo...en fin suponemos que no pasa nada, pues la cubierta se repasa concienzudamente.
Proseguimos.
La subida a Hostalets viene marcada por el hedor que desprende la carretera. Los camiones de basura que suben a la planta de compostaje dejan regueros y regueros de un sospechoso mejunje que realmente apesta.
Por fin, tras pasar la planta, el hedor desaparece, ya vemos casi Hostalets.
Buena y agradecida parada.
Retomamos ruta para volver por Gelida y visitar antes la fuente de San Miguel, el oasis del penedes.
El viento frontal se erige hoy en aliado, y aunque incomoda a las piernas, refresca en una bochornosa matinal, donde la humedad se podía cortar.
Pero ya casi acabando ruta, nuevo pinchazo de Alberto, y de nuevo en la misma rueda...¿casualidad?...
Por suerte tras reparar y despedirnos de Nacho llegamos a Hospitalet sin ningún nuevo contratiempo.
En resumen un muy agradable mañana a pesar del bochorno y de los pinchazos.
A pesar de la canícula y los pinchazos, agradabilísima salida!
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