Escasa presencia en la salida; enfermedades, compromisos, carnavales...todo un cúmulo de circunstancias a las que podemos unir ese gran poder de convocatoria que posee el excelso presidente digno de Nosferatu...todos huyen...
Pero algunos nos resistimos a huir...y ahí seguimos. La ruta prevista para hoy es la otrora clásica invernal de Molanta y Ordal...con la pequeña variación del paso por Can Prunera. Cinco somos de la Partida: Alberto, Sergio, Roberto, Mariano y Yo...
El salir un rato antes (08:00) que las semanas anteriores evita el encuentro con otras grupetas, así que casi en solitario atravesamos las costas, ritmo suave, sin exabruptos... sin pasarnos de watios.
Y es que Mariano tiene nuevo juguete...que lo sepa hacer funcionar o que entienda de que va es harina de otro costal. Demasiada tecnología para nuestro particular picapiedra...por mucho que el potenciómetro en cuestión esté más que descatalogado...que por algo será.
Tras las costas proseguimos en pausada marcha hacia Molanta. El paso por la carretera de Cañellas es una delicia ante la ausencia de tráfico, desde luego que esta vía nos viene como anillo al dedo para disfrutar de unos momentos alejados de la marabunta automovilística.
Café en Molanta donde nos encontramos con los Pocis, junto a los que compartimos vituallas.
Seguimos ruta. En Aviñonet los Pocis continúan hacía el Ordal mientras nosotros nos dirigimos a Can Prunera. En algún tramo el ritmo se eleva un poco más, aunque la humedad deja algunas curvas con bastante riesgo, y debemos extremar precauciones.
Llegados a Vallirana, nuevo reencuentro con el tráfico...y así ya hasta llegar a casa, no sin antes ascender el salto de la Sansom.
Menos mal que no hemos seguido los consejos de probar todo de alguno...
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