Hoy, el pueblo español ha hablado en Cataluña. Ha manifestado su convicción a permanecer unido y sobretodo a mostrado su fuerza.
España es nación de momentos, mal gobernada y silenciada, sufre letargos eternos en sus gentes...pero por contra cuando esta volcánica furia emerge muestra el poder, la fe, la fuerza del pueblo español. Ejemplos como el Dos de mayo (sin duda con unos paralelismos enormes a la situación actual), la repulsa a ETA tras el cobarde ajusticiamiento de M.A. Blanco, el 11-M, la solidaridad entre sus gentes cuando todos nos olvidan...
Esta jornada era clave para mostrar al separatismo hispanófobo que no nos vamos a quedar callados mientras ellos nos atropellan, han sido casi cuarenta años de opresión nazionalista, imposición lingüística y manipulación mediática al más puro estilo Goebbeliano. NO podía uno quedarse en casa, había que salir, esta era la obligación, ya no por mi, por mi hija y por mis padres...no puedo permitir dejar a mi hija vivir en una región dictatorial como es la región catalana. No puedo permitir que se menosprecie el trabajo de mis padres y se disfrace en edulcorada acogida, cuando aquí nunca se regaló nada...
No puedo permitir seguir siendo un ciudadano de tercera, no puedo permitir que si un día tengo nietos, no puedan elegir la lengua en que se les eduque en la escuela...
Y hoy, con la presencia de este millón de almas, he hemos dicho NO.
Que se aplique y se cumpla la ley.
Me voy a acostar con la satisfacción del deber cumplido, orgulloso, contento...pero también alerta, el separatismo y la tibieza del neoprogresismo podemita siguen atacando la integridad y la legalidad de España.
Aunque ya hemos demostrado que SOMOS MÁS Y SOMOS MEJORES.
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