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martes, 2 de febrero de 2016

AL FILO DE LO AFILADO

En estas tardes que llevo recorriendo la ruta del Garraf es muy habitual encontrarme con muchos ciclistas. Habituado otros años a rodar por la zona de Collserola, donde la compañía era escasa, sorprende la gran cantidad de compañeros que ruedan en las mismas horas que yo.
Pero cuando hay cantidad, amén de calidad, también suele aparecer algún necio...y alarmante es comprobar como los hábitos ciclísticos de antaño se van perdiendo, no sé si por las nuevas generaciones, o por los nuevos aires del ciclismo...y es que con hoy ya son bastantes, bastantes más de las deseables, las jornadas en que rodar a rueda de otros compañeros se convierten en tortura.
No tortura en cuanto a la velocidad, muy asumible a poco que te apetezca correr unos kilómetros, tortura en cuanto al vicio que observo que tienen muchos de estos "compañeros", y es que van rodando al filo de los arcenes y los reflectantes (tan peligrosos si no vas atento a ellos), buscando incomodar al máximo a quien se instale a su rueda...un sinfín de tirones, de giros, de quiebros, que produce que acoplarte a rueda de estos tipos sea una tortura.
Desconozco si lo que les produce esas reacciones es que yo me instale a su rueda, pero lo que a mi me enseñaron (hace ya muchos años, en el Velo) es que cuando llevas a alguien a rueda no puedes ir pretendiendo tirarle, incomodarle o meterle en peligro...si te molesta te apartas bajas el ritmo y que pase...y si no, pasas y sigues a tu ritmo...
 Sin bajar de 40 km/h...
 ...pero lo malo no era el ritmo, lo malo era como buscaban los baches...
 ...menos mal que conozco cada centímetro del asfalto de esta carretera...
 ...jornada un poco brumosa...
 ...que da unas magníficas fotos...
 ...regreso por el Prat...
...llano regenerador...

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