Aprovechando que el trabajo ya estaba hecho, y tras una intensa cena en la Fonda El Espliego, acordamos salir en bici y realizar el susodicho recorrido. Antes invitamos a Pedro a que se nos una...y tras un ratico, un cuartico de hora, mas o menos, convencemos, con éxito, a Julia para que también venga.
A las 08:30 en la Fonda El Espliego iniciamos ruta, la mañana ha amanecido radiante, nada hace presagiar el cambio de día que nos espera.
Remontamos hasta Palomar de Arroyos, en breve nos espera la pista que nos eleva rápidamente hasta la Loma de San Just...primeros metros en que me siento como un patético aprendiz, no logro dominar mi montura, parece que va para donde ella decide y la tracción es una entelequia. Pero afortunadamente, poco a poco, voy cogiendo el truco a esto de la Btt. En la mitad de la subida ya me concentro solo en disfrutar de esta maravillosa ascensión, preciosa y dura.
Ya en la loma nos queda llanear hasta encontrar la pista que, por la ermita, nos lleva directamente a las Cuevas de Almudén. En este tramo ya observamos que unas nubes, amenazantes, parecen avanzar sobre nosotros.
Pero lo delicioso de la pista y la gran compañía hace que, casi sin darnos cuenta, estemos ya en las Cuevas de Almudén...reto conseguido.
Café reparador...pero antes de acabarlo observamos como la lluvia ya nos ha alcanzado...últimos sorbos, sabedores que nos vamos a mojar en el regreso.
La vuelta es sencilla: deshacer el camino...pero en mojado.
Buen ritmo, azuzados por la lluvia, aunque he de reconocer que ha sido una lluvia muy condescendiente con nosotros, nada de lluvia torrencial ni intensa, solamente un continuo chispeo, el calabobos de toda la vida, vamos.
Una maravillosa mañana a pesar de la lluvia, con unos amigos magníficos y una tierra sin igual...ya tengo ganas de repetir.
Gracias amigos por esta inolvidable mañana de BTT.
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