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jueves, 23 de octubre de 2014

RUTA TAPEO

El ciclismo y la gastronomía son dos actividades, que aunque a alguien no se lo pueda parecer, van íntimamente ligadas.
Hay rutas que son como grandes comilonas, suculentas, pantagruélicas. Son esas rutas maratonianas, por carreteras poco transitadas, trufadas de numerosas y grandes ascensiones...un placer. Aunque en alguna ocasión (rara, muy rara) pueden provocar una cierta indigestión.
Otras son como esas sopas sosas, o esas carnes y pescados a la plancha, propias de los males que aquejan a las tripas o de los demenciales regímenes o dietas con los que pretenden someter a nuestros cuerpos, buscando una inmortalidad inalcanzable y privándonos de ese gran placer que es el comer. Son esas rutas que debemos realizar por la falta de tiempo, por reinicio de actividad, ... o porque no hay otra si se quiere salir. Las mas de las veces te suelen dejar con hambre.
En todos estos menús, aparte de los propios manjares, es también importante el aderezo. Una ruta sosa, bien condimentada, con buena compañía y salpimentada con unas avispillas en forma de alegre repecho...ya parece otra cosa.
También existe esa nueva cocina, tan extraña para alguien como yo, pero que gana adeptos en forma de acérrimos seguidores del plato escaso, muy decorado, algo gaseoso y de misteriosa textura...los medidores de potencia son los culpables.
Pero de estos temas realizaré (quizás) algún día un análisis mas profundo.
Hoy me centraré en la ruta tapeo.
¿Qué es la ruta tapeo? pues sencillamente esa ruta, que en formato pequeño, nos permite saciarnos y degustar los placeres del ciclismo. Y quizás el mejor ejemplo de este tipo de rutas es la ruta hoy realizada.
Recorrido hasta Molis para ascender por la Creu de Olorde, alargando hasta el tibidabo para descender hasta Hospitalet.
Una ruta corta, de cincuenta kilómetros que se realiza sin forzar en un par de horas y que puedes aderezar de muchas maneras ya que el terreno de collserola permite elegir infinidad de variantes en cuanto a salpimentarlo n mayor o menor medida...incluso dulcificar y caramelizar la intensidad, disfrutando siempre de una ruta muy apetitosa y  digerible.
 Al paso por Olorde...pincho moruno...
 ...el Tibidabo...patatas bravas...
 ...cumbre de la jornada...o unos chocos...
...o una rabas...o unos morros...

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