Las modas y los modernos arrastran un grado de tontería enorme. Y digo tontería porque es una temeridad estúpida rodar con una bicicleta de piñón fijo en ciudad...y en carretera.
Llevar el esnobismo a estos extremos es demencial, además hay que sumar que el interfecto de esta tarde, amén de ser el clásico rancio que mira por encima del hombro, se dedicaba a dar ánimos y arengas a su "compañero"... el resultado era un dislate y la prestación deportiva escasa. Ir a su estela una locura derivada de unos continuos movimientos convulsivos que sólo podían llevarte al desastre si continuabas ahí.
Tarde de nieblascon algo más de fresco que ayer
pero muy soportable
y Eolo hoy se ha portado
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