Con unas previsiones tan lluviosas como las que teníamos, había que aprovechar cualquier rendija en el cielo para salir a rodar un rato, aunque sea con el asfalto aún húmedo, y pedalear por pedalear.
Ruta al Garraf, sencilla pero que ha sabido a mucho en una jornada que en su amanecer daba por perdida.
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