Muchas, muchas, muchas...
Dentro de las variantes que anida esta zona, una de las más exigentes en porcentaje es la ascensión a Can Prunera, el pla de pelach como también se denomina. Y esta ha sido mi opción para esta tarde.
Paso por Cervello y Vallirana atestado de tráfico...pero asumible, en la zona donde uno decide si proseguir por la ascensión clásica o subir la tremenda rampa de can prunera, yo tiro por esta última.
No es la rampa más dura, pero si que uno acaba pensando el clásico ¿para que coño me he metido yo por aquí?
Vencida la rampa, descenso vertiginoso por la sucesión de rampas, curvas ciegas, y hoy, muy resbaladizas por la humedad.
Llego a Olesa de Bonesvals y tomo ruta a Begas, zona en que el termómetro es agradecido, algo que no se produce en el descenso a Gava, donde el mercurio baja hasta dejar el cuerpo en punto de carámbano.
Ya solo falta el habitual llaneo por la terminal de los taxis, es el momento de volver a entrar en calor y apurar para no llegar con noche cerrada a casa...
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