Y es que uno no es aficionado al ciclismo náutico, algo que parece empieza a ser tendencia en el pelotón...yo en ese juego no entro, si llueve no salgo, si la cosa pinta fea y el agua amenaza con venir, no salgo...si me pilla una tronada imprevista me jodo...así de sencillo...mojarme; solo por obligación y sorpresa.
Había que compensar el parón, así que ruta larga de tarde: Ordal, Cañellas y costas...
Ordal en compañía de dos alegres pardales, juguetones, y que algo me decía que son nuevos en esto...misteriosa su forma de subir, ahora corro, ahora me paro, ahora corro, ahora me paro...vista la situación, me marco mi velocidad de crucero...y sin ningún problema alcanzo en el Lladoner al mas vivo de la pareja...el partenaire desapareció en las paellas saliendo de Vallirana, justo cuando se disponía a atacar (un misterio)...tras coronar junto al pollo este me despido educadamente de el y empiezo el descenso camino de Cañellas.
En este tramo es donde se marca la diferencia entre una salida rápida y una lenta...el viento no ayuda mucho...bueno no ayuda nada, al contrario, se muestra cruel y violento...por suerte luego lo compensará.
Con más esfuerzo del deseado llego a Stges, aquí Eolo me devuelve lo que antes me quitó...y ayudado por el, paso las Costas y la Autovía en un suspiro.
Algo he compensado el parón.
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