Ya el pasado domingo, en charla junto a Sergio convinimos en lo oportuno de rodar hoy, además con un importante condicionante de horario, eventos familiares lo ataban a llegar a hora prudente.
Sin dudarlo mi propuesta fue la ruta del Pantano de Foix, recorrido que suele aunar kilometraje y velocidad...y hoy más velocidad aún, si cabe.
En las piscinas nos juntamos Alberto el hipster, Sergio y un servidor. Sergio avisa de un nuevo recorte, vaya líos festivaleros que tienen algunos, pero continuará con nosotros hasta tomar su querido Cruasán de Molanta.
Llegados a Cornella nos aguarda Jordi, Roger ha sido baja de última hora. Ya los cuatro iniciamos ruta.
De salida ya la velocidad se hace notar, el paso por las localidades que nos llevan hasta el pie del Ordal es más rápido de lo que habitualmente son estos primeros compases de salida.
En el ordal ya Jordi se empieza a desatar, controlándose como puede hasta salir de Vallirana. Lo cierto es que vista la media al coronar el ordal uno entiende el picor de piernas de la subida.
Bajamos hasta Molanta sin más incidencia que la provocativa actitud de los Mozos de escuadra, que nos invitan a rodar por el arcén, más buscando la confrontación que nuestra seguridad...pero uno ya es perro viejo en estos temas y actúo como si oigo llover, se que buscan provocar y que uno realice un mal gesto o una mala contestación para detener nuestra marcha y "velar por nuestra seguridad"...en fin algo que pasa más veces de las que debiera.
En Molanta Sergio se emociona al llegar a su panadería referencial, y sobre todo, cuando el suculento cruasán llega a su vera...y no olvidemos que nos obsequian amablemente con cuatro tozos de buen sequillo.
Tras despedir a Sergio, continuamos ruta los tres restantes. Por los caminos rurales que unen Molanta y Moja llegamos a Villafranca, donde siguiendo la vieja N-340 alcanzamos las Masucas, puerta de acceso al Pantano de Foix.
Carretera hoy plagada de motoristas, alguno con actitud más que temeraria...por aquí los Mozos de escuadra de antes no han debido pasar...
Dejamos atrás Villanueva y por el Casino llegamos a Sitges...las costas aguardan. Y aquí Jordi se dedica a torturarnos, buen ritmo que seguimos junto a Alberto como podemos, los ciclistas que alcanzamos apenas pueden ponerse a rueda, la velocidad es endiablada.
Pasdas las costas nos debería tocar una tranquila autovía de Castelldefels, al menos ese es el deseo mío y de Alberto...pero Jordi decide dar un relevo de calidad...de calidad de verdad no de fuegos artificiales...TNT.
Nos lleva por la autovía a más de 40km/h (lo he visto ahora en el gráfico del Garmin, sobre la bici a duras penas podía seguir la rueda)...incluso poco antes de la rotonda de las Filipinas, Alberto tiene que soltar rueda y cubicar...Nos despedimos de Jordi y ya con más pausa llegamos a Hospitalet Alberto y yo.
Gran jornada, con velocidades casi de competición...
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