Al oír la palabra Cirugeda, un escalofrío recorrió mi espinazo, recuerdos de ampollas y uñas perdidas, me traían a la mente una sensación de temor...que a la postre ha sido injustificada.
Con un gran guía como es Angelito iniciamos camino en una preciosa mañana de Teruel.
Subida a Pinaroto a balón parado, que entre charla (como no puede ser de otra manera junto a Ángel) se hace amena y distraída. En la cima sesión fotográfica, tónica de lo que será norma en esta bella y plástica ruta.
Descenso a Cirugeda donde solo un molesto can sale a nuestro encuentro, desde aquí tomamos la pista que nos ha de llevar a la loma del San Just junto a los ventiladores.
En el ascenso tenemos tiempo para admirar los mases que hay en la zona, en la que el ganado bovino es la referencia.
La subida es larga y tendida, siempre pedaleando, sin descansos, pero con la confortable charla parece que las penas son menos.
Coronamos a mas de 1500 mts de altitud, otra sesión de fotos...vale la pena.
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