EL ALMUERZO CON LA GRUPETA

Una de las bases fundacionales de la grupeta fue la de no realizar grandes paradas a almorzar, solo un breve receso en el pedaleo para avituallar un café y unas barritas, pero reservando siempre una ocasión anual para el soslayo estomacal...y hoy era ese día.
Mucho trabajó Mariano para repetir los almuerzos de otros años en la entidad...pero sus ímprobos esfuerzos en la organización acabaron siendo estériles. Que si a uno le iba mal, que si yo no puedo este día, que si yo no el otro, al fin, comprensiblemente, desistió de este trabajo.
Pero unos pocos, el núcleo titánico de la grupeta, forjado en adamantium, decidimos no renunciar a nuestra tradición, y fijamos repostaje para hoy, cumplimentando además la ruta habitual del invierno.
En las piscinas Mariano, Pociello, Sergio y yo partimos al encuentro de David, que hoy estrena bicicleta. Tertulia marcada por la nueva máquina y en las costas una gran y agradable sorpresa en forma de encuentro con mi amigo Dani, junto a el paso las costas, observando la gran forma que tiene y que me ha dado un buen calentón en este bonito tramo, hoy agobiados por el intenso tráfico.
Ya en Sitges, las obligaciones obligan a Sergio a regresar, así que ya en formato póker nos disponemos a cumplimentar ruta y almuerzo.
Hoy no hemos parado en Molanta, hemos decidido darnos un homenaje en un restaurante en Cantallops...y lo cierto es que las viandas han sido de sobresaliente...y la cuenta de notable alto...pero al fin y al cabo ¿qué mejor dinero que el que uno gasta con sus amigos en una buena comida?
Tras el almuerzo solo queda subir el ordal y bajarlo, acción que realizamos sin demora, completando una bonita matinal.
Esperando que el año que viene estemos más acompañados...