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lunes, 1 de mayo de 2017

EL 1º DE MAYO PEDALEANDO CON LA GRUPETA

El otrora día del trabajo, aunque yo siempre he preferido denominarlo del trabajador, hace tiempo que ha caído en una absoluta y total burrocratización...y es que cuando un servidor vio que en las manifestaciones abundaban más los que nunca habían trabajado, o en muchos casos que no habían dado un palo al agua, me empecé a alarmar...pero finalmente esta especie se adueñó de la fiesta del trabajo, y no solo eso, incluso pontificó quien era buen y mal trabajador...en fin, que mejor compartir el día con la familia y los amigos que acompañado de una panda de rufianes a los que cuando pude necesitar giraron de manera total y absoluta la espalda...así que ahora no me busquen que me he borrado de semejante ralea.
Así que hoy planazo, pedaleando con la Grupeta y luego tarde con la familia.
En las piscinas de Hospitalet nos reunimos Alberto, Roberto, Miguel, Poci y yo, sorpresiva presencia de los dos primeros amigos y ausencia del amigo Mariano en funciones de padrazo Rodríguez.
Ruta que diseñamos ya el viernes con el ausente presidente y que nos ha de llevar por Tarrasa a las Estenallas, para proseguir por la V y regresar por San Lorenzo Saval.
Matinal fresca, sin llegar al extremo del sábado pero esperando que la calor venga a visitarnos.
Por la concurrida carretera de Rubi llegamos a Tarrasa sin abandonar la amigable tertulia ciclística que hoy disfrutamos también.
En Tarrasa comienza la real ascensión a las Estenallas, interminable ascenso por la ronda hasta alcanzar la carretera de Matadepera e iniciar las Estenallas propiamente dichas.
Buena subida con inicio pausados y agrupados, aunque absorbiendo uno tras otro cuanta grupeta ciclista se nos presenta ante nosotros. En la parte final un atrevido Miguel se lanza a por la cima y disgregando la armoniosa subida a la que se nos habían añadido unos cuantos ciclistas. Los dos coronamos y esperamos a los amigos a fin de despedir a Roberto y Alberto que emprenden regreso a Hospitalet.
Miguel, Poci y yo continuamos hacia la V. Nos acompañan en el descenso unas vistas preciosas del prepirineo nevado.
Tras la V suave descenso hacia Saval donde avituallaremos, pueblo abarrotado absolutamente de ciclistas, aunque nosotros buscamos la intimidad de un llenísimo casino.
Vuelta a la ruta dirección Tarrasa, el sol empieza a paliar los efectos del fresco matinal aunque de manera más tímida de lo apetecible.
En este tramo replanteamos el retorno a la vista del viento frontal que nos golpea, decido mostrar una desconocida ruta para mis dos compinches, la que lleva al Tibidabo por la Floresta, entre rampones y tramos cementados. Ambos acaban satisfechos, ya solo nos falta sortear el abundante tráfico dominguero de Valvidriera para alcanzar la muy noble y fiel ciudad de Hospitalet.



















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