Tras salir en la verbena como Dios manda, el cuerpo demandaba un nuevo esparcimiento nocturno, pero los hados se conjuraron y abrieron las puertas de Mordor, dejando nuestro bar lleno de hordas de podemitas y de orcos. Ante semejante panorama, juiciosamente, tras apurar tres copas, decidimos plantearnos un estratégica retirada, y salir a pedalear como si esta noche no hubiese existido.
Ruta habitual por costas y Molanta......bucle de San Sebastián y San Pablo...
...y regreso por Begas y el Llobregat azotado por el viento de levante...
...pedalear es el mejor remedio para olvidar una noche como la de ayer.
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