Vivimos una época donde la tecnología digital domina ya nuestra forma de vivir..y de relacionarnos.
Eso no debería ser un problema, en absoluto, esto debería ser una bendición que nos ha de permitir relacionarnos mejor y lograr un mayor y mejor conocimiento de nuestro entorno...pero obviamente esto no es así.
No es así, no por culpa de la digitalización, es por culpa de la cobarde sociedad en que habitamos...y si, la palabra es cobarde. Somos cobardes, el mundo es cobarde...y lo alarmante es que no sólo lo es el primer mundo...lo es a nivel universal.
¿Por qué digo esto? nada mejor que ejemplificar esta "teoría".
Los gobiernos se han apresurado a implantar "administraciones digitales", engañan (como siempre) con la excusa de agilizar trámites y dar mayor comodidad al ciudadanos. Esto es una gran mentira, lo que están realizando de inicio es segregar a la población entre quienes tienen acceso a la digitalización y la saben usar y los que no. Con la excusa digital dejan desamparados a un espectro enorme de personas, generalmente a nuestros mayores. La realidad es neutralizar a una generación que aún alberga valentía en su vida y existencia, menospreciando sus capacidades y relegándolos a depender de otros, algo que para cualquier persona con orgullo y honor es una humillación intolerable.
El objetivo es conseguir digitalizar a una sociedad cobarde, en que el pensamiento sea único y en la que la discrepancia sea una temeridad perseguida.
La administración no quiere dar la cara, eso es la administración electrónica. Lo vivido con el virus de atender por teléfono a los enfermos es lamentable y miserable, sobre todo porque hablamos de personas mayores que no sólo necesitan esa atención médica, también la emocional que transmite el trato personal con el médico. Crear aplicaciones para atender o combatir el virus, no como apoyo sino como tratamiento "per se" es de una bajeza inhumana intolerable.
Vender "modernidad" digital cuando lo que se pretende es meterse debajo de un paraguas no es sólo culpa de las administraciones, también nosotros somos cobardes sociales. Nos escondemos detrás de las tecnologías para no dar la cara, para no afrontar nada de frente.
Es fácil ver personas con las que es imposible contactar ya no en persona, incluso por llamada telefónica, no hay valor ni para oír la voz de otros...el escudo de los mensajes en los móviles llevados a estos extremos es algo que me causa desprecio.
Desde luego, repito, que esto no debería ser así, soy particularmente amante de las nuevas tecnologías, pero si tengo que hablar con alguien y transmitirle mis sentimientos o ideas hablo con esa persona, si no puedo en persona será por teléfono...pero será a la cara. Dejemos las "mensajes" para loq ue son, que por cierto para muchas situaciones son muy útiles, desde facilitar una dirección, concretar una cita... pero para hablar hay que hablar.
Todos somos culpables, aquí no hay nadie que asuma una mísera responsabilidad desde los gobiernos que siempre encuentran a quien echar la culpa de sus errores hasta a nosotros...¡cuántos padres culpan de sus fracasos a profesores! ¡cuántos profesores culpan de sus fracasos a sus alumnos!
La cuestión es no afrontar ninguna responsabilidad, esconderse detrás del wasap, de una aplicación, una página web,...llevar la cobardía al extremo y seguir así, dóciles pensando ser rebeldes, ya que la auténtica rebeldía no deja de exigir una cierta valentía...y eso es algo para lo que se lleva décadas desprogramando a esta sociedad del siglo XXI...y lo más triste es que esto ha de ir a más.
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