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sábado, 4 de abril de 2020

LA UNIÓN EUROPEA HA MUERTO

España forma parte de la Unión Europea desde hace más de treinta años, tras los años aislados de la dictadura llegaba el momento de integrarse en la "gran" Europa...los complejos afloraban una vez más y nos pretendíamos sentir integrados en un club de niños ricos que nos aceptaban para que sufriéramos sus bromas de pupitre.
Desde los diferentes gobiernos se esforzaron en hacernos creer que esto era lo mejor: que había que reconvertir la industria, era porque nuestra industria era mala...
Que había que ignorar  nuestros productos agrícolas, es que eran malos...
Así una larga lista de ruedas de molino con las que comulgamos durante décadas...nos decían que nos llegaban fondos de la Unión Europea para hacer infraestructuras "ayudar" al campo, etc...lo que no decían es que esos fondos había que devolverlos...y en eso estamos.
Nos metieron en el Euro..más que nada creo que para que cuando viniesen de vacaciones no tomarse la molestia de cambiar...
Y todo esto a las buenas.
Nos olvidamos que durante la dictadura no movieron un puto dedo...
Nos olvidamos que el 23 F no movieron un puto dedo...
Nos olvidamos que contra la ETA no movieron un puto dedo...y en todo caso para apoyar a los terroristas...
Y llegaron las malas.
En el 11M la UE desapareció...con 300 muertos ni se inmutaron.
Con el golpe de estado separatista se pusieron de perfil y ahí siguen, solo Tajani se mostró contundente...ha ido fuera...
Con el coronavirus han decidido no ayudarnos en nada de nada, al fin y al cabo solo somos españoles.
Todo esto se puede extender geográficamente a todo el sur de Europa...y es que el supremacismo del protestantismo está ahí, desprecian a los países católicos y esta es su respuesta, ningunearnos.
La europa de los bárbaros del norte odia y desprecia al sur, no puede ser de otra manera, odian desde nuestra forma de vida, a ser la cuna de la civilización y de los descubrimientos...odian hasta nuestro sol, algo que nunca podrán conseguir...

Es momento cuando pase esto de mirar al otro lado del Atlántico, dejemos el norte con sus gélidos días, y largas noches en su maldito luteranismo.

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