Ante la desesperación huracanada que nos acompaña en esta semana ciclística, llevados por la desazón, decidimos subir, adentrarnos en la montaña...Collserola nos aguarda.
Lo que paradójico es que para regenerar se tenga que subir, pero es que así ha sido.
He acabado la salida mucho mas cómodo de lo que acabé ayer, sin duda el viento actúa como una lima que erosiona las fuerzas, se lleva las energías, merma el físico...la gota malaya que aunque pueda parecer inocua, castiga y debilita...
Será esta la solución??? la piedra filosofal del ciclismo???
La emisora por detrás...
...cogiendo bronce...
...sierra...
...serrucho.
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