Hoy el dicho se ha cumplido y me he topado con el tonto de las tres...de la tarde. Al paso del congosto hacia Martorel, el susodicho mequetrefe me pasa sin mediar palabra y con aires más que chulescos...en principio no entro al trapo, pero cuando veo que su prestación ciclística no es muy allá, sin apenas forzar lo cazo antes de coronar y descender a Martorel. Llegados a Martorel, nuevo ataque del interfecto...y así tirón tras tirón cuando veía que no podía dejarme de rueda...y es que no le molestaba que fuera a su rueda lo que le molestaba era no poder dejarme...y para mostrar más us talante sonadas de mocos continuas lanzando su secreciones al viento...y a mi...y con la que está cayendo no apetece mucho ducharse en moco ajeno.
Este lamentable perfil de ciclista es algo que cada vez se repite más...alguno no se dá cuenta que la carretera es de todos.
Ruta tras dejar al tonto por Hortons y vuelta por Espiels y Gelida de nuevo.
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