Y parece que a modo de despedida el día ha salido con ganas de pincharme, y así ha sido ya que Rubén, mi compañero de aventuras ha pinchado a apenas doscientos metros de la salida.
Tras reparar comenzamos de nuevo el pedaleo azotados por un Cierzo que nos ha hecho de las suyas durante más de setenta kilómetros, vaya exigencia de salida nos ha regalado Eolo.
Menos mal que la compañía es grata y esto anima...
Ruta por Alloza, Oliete y La Hoz...comoa ayer pero al revés.
Muchas gracias Rubén por tu compañía.
En las próximas entradas ya me centraré en la fiesta y en la jornada del Javalambre...pero eso será ya desde Hospitalet.
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